El asunto es que en un mundo con 20,000 habitantes, que vive cada quien con su séquito de robots en sus haciendas, ella es la única sospechosa del crimen. El asunto es más pintoresco, al enterarse que socialmente los solarianos solo conviven por 'visualizaciones' o llamadas que reproducen a quien llama en 3D lo cual evita el contacto físico, que por cierto les da asco, pavor y miedo ver a otro humano en persona.
Eliyah, como es costumbre, empieza a dar lata con interrogatorios que parece que no van a ningún lado, pero es la excusa perfecta para conocer la sociedad y costumbres de un nuevo mundo exterior, el que ya no tiene problemas de pobreza, castas o clases sociales y todos son iguales.
Sigo interesado en la saga, y aunque no es el mejor que he leido de los 5 o 6 de la saga completa de las fundaciones, sigue teniendo fuertes referencias a varios conceptos que apenas se consideran hoy en día. Hasta cierto punto, Asimov fue un visionario. Sigo con Robots e Imperio :)