jueves, 2 de junio de 2011

Millennium 3: La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire

Bueno, por una parte, con este libro se acaba la trilogía, con el desenlace de lo que quedó en el 2o libro, es prácticamente como la 2a parte de la otra historia, muy largo, pero ameno por cierto.

Se cierran todos los ciclos (o casi todos) que fueron abiertos en el 2o libro, y algunos del 1o. Afortunadamente el final es claro y sin prácticamente cabos sueltos, ¿Porqué afortunadamente? Porque es el último Millenium de la historia, a menos que resucite Stieg Larsson sin rasgos de zombie o que su "viuda" decida completar el 4o, cosa por demás complicada por los derechos y posesiones de la obra que tienen el hermano y padre egoístas del escritor.

Lo que me intriga es, si no se hubiera muerto, ¿Sí habría escrito los 10 libros que se planteaba? ¿De qué se iban a tratar? ¿Porqué un escritor tan talentoso se muere sin siquiera ver publicado ni uno de sus libros y desconociendo el enorme fenómeno mediático que originó su obra? A veces cuando lo medito, sí creo que fue una broma cruel del destino, pudo haber sido sin problemas, el escritor mejor posicionado de la década pasada y de ésta que comienza, lo único que se puede agradecer es que dejó 3 joyas de novela negra para la posteridad. Aparte, sus títulos atípicos -en sueco y español, los de inglés no me convencen, salvo el 2o que es casi traducción literal- y su forma un tanto curiosa de escribir con unos detalles absurdos que divertían, sobre todo en la realización de la revista y los hackeos, le dieron un aire distinto a los libros.

No me gusta divagar con el "qué hubiera pasado" de las historias, porque cada quién tendrá su versión, y por eso no voy a dar la mía; pero si me gustaría saber en qué termina la Salander, o si "Kalle" se quedó con la agente de la Sapo o regresó con Sally como pareja, o en que termina Millenium, o... bueno, muchas cosas. Muchas posibilidades de historias en esa sucursal del infierno que Larsson describe como Suecia.

En fin, una trilogía para leerse de principio a fin y conservarse en el librero.