miércoles, 28 de marzo de 2012

Sinsajo

Siiii, el tercer libro de los juegos del hambre. Iniciando el libro, me quedé con muchas incógnitas del segundo, cuando terminó con los del sector 13 revelándose y salvando a varios tributos de los juegos de 3er vasallaje de los 25, incluida Katniss.

Entre las expectativas, esperaba que Kat se volviera la cara de la rebelión y una gran soldado combatiente. Sin embargo, no sé si me hice tanto a una idea y obtuve otra y eso me destanteó, o si de plano no me convenció el libro del todo.

Lo que sí puedo decir es que fue un libro muy "introspectivo" y en el que aparecen todos los traumas y temores de los protagonistas. Está interesante, porque no es el protagonista omnipotente que no tiene problemas ni dudas, sino que sufre y tiene mucho miedo y no se siente fuerte ni el gran héroe. Sin embargo, creo que fue demasiado. Esperaba un surgimiento de Katniss como líder, como responsable, madura, algo así, pero termina pasándosela escondida, drogada u hospitalizada medio libro. Nunca termina de arrancar y no puede quitarse su dependencia a que otros decidan por ella. Y parece que los clichés de los personajes se fueron agrandando.

Y sin embargo, siento que le faltó algo a la historia, como que no me convenció del todo la parte de los enfrentamientos armados, se me hizo muy... muy... simple.  Yo esperaría mucha acción y guerra. Y parece que a Suzanne Collins se le fue de las manos todo, o no supo manejar la rebelión y se fue por la salida fácil de sólo mostrar pequeñísimos fragmentos, y muy controlados. Da la impresión que quiere regresar a los juegos del hambre, y busca un pretexto simple como poner trampas por todas partes y que los ex participantes tenga que cubrir esa parte del recorrido por mera "providencia" y coincidencias maquiavélicas. Hasta los mismos protagonistas lo dijeron, que parecía un regreso a los juegos; eso ya no me agradó, pero me quedé con la esperanza que iba a haber un giro, o algo distinto que iba a cambiar todo en las últimas páginas. Y lo hubo, pero no para bien.

El final se me hace coherente con la historia, no por eso es maravilloso; ella no decide nada, sólo se queda en estado semivegetal hasta que llega el sueño que coincide con que encuentra a Peeta y pareciera que sólo porque está ahí se queda con él. Quedan muchísimos cabos sueltos, los personajes desaparecen sin volverse a saber de ellos, como el equipo de maquillaje, o Johanna, o Gale, o, o... ¡O la mamá de Katniss! que desaparece prácticamente y apenas se sabe nada de ella. Simplemente deja a la deriva a su hija. ¿En serio? ¿Después de todo el diálogo del segundo libro de que ya había cambiado? Ah, y también aparecen de repente los personajes, como Effie y Prim, o Peeta.

Y al final de todo, parece que Katniss, años después, nunca pudo ser feliz completamente.

Parece que Collins sacrifica toda la trama para que veamos lo mala que es la guerra, y usa a Katniss para demostrar lo devastadora que puede ser para la gente, tanto vencedores como vencidos, así como que los buenos no terminan siendo tan buenos y muchas veces hacen crímenes en aras del "bien mayor". Un gran contra del libro, es que hay momentos en que los personajes principales terminan siendo aborrecidos y distantes, cosa no muy recomendable.

A pesar de todo, le doy un 6/10, aprueba, pero de panzazo, parece que está escrito a la carrera para acabar la trilogía y le faltó pulirse. Veo muchas críticas encontradas, entre que fue una decepción y que fue grandioso. A mí no me pareció tan malo, pero se magnificaron mucho algunos defectos en el avance de la trama.

lunes, 26 de marzo de 2012

En llamas

La 2a parte de la bastante comercial serie de los juegos del hambre, respeta a su antecesora y sigue en la misma línea de una lectura fácil y simple, literatura pop a fin de cuentas, y enfocada a un público joven,  pero no por eso mal libro.

Al ser una secuela, es obvio y fácil de adivinar lo que pasó en los juegos del hambre: Katniss sobrevivió y tiene que fingir una relación amorosa con Peeta para que el Capitolio no la asesine por considerarla sediciosa por su plan en el final de los juegos del hambre #74; aunque la trama desde el inicio se enfoca en la posible rebelión de Panem contra el Capitolio, creí que sería de la forma en que 'Catnip' sería su lideresa o que ella  llevaría a cabo el 1er levantamiento armado. Buena y obvia primera propuesta de mi parte, pero errónea.

Y aunque el libro entra en los entresijos amorosos de Katniss y su pequeño triángulo amoroso, la historia se va moviendo de a poco jugando cada vez más con la probabilidad de un levantamiento armado.

Lo que más me gustó: Conocer a varios de los ganadores anteriores de los juegos del hambre, saber un poco más de los 12 distritos de Panem, y el vasallaje de los 25 que le da un giro completo a la historia; y el final, claro, que es imprevisto, aunque pareciera que tiende mucho a una cosa, al final termina siendo otra.

Lo que no me gustó, o me pareció poco novedoso: El presidente Snow aparece como frío, calculador y muy malo, cayendo un poco en el cliché villanesco. Hay partes un tanto flojas y en los juegos del vasallaje, parece más una reunión de amigos que una competencia, luego se entiende el porqué de esto, sin embargo no terminó de convencerme del todo.

En resumen, quedé con buen sabor de boca, pero es mejor el primer libro.

viernes, 16 de marzo de 2012

Legado


Este horror escrito por Christopher Paolini, es la 4a y espero que última parte de la saga muy llevada a menos, de Eragon, el jinete de dragón, asesino de sombra, hermano de Murthag y azote del tirano Rob Halford Galbatorix. Más que nada, creo que fue un fail propio después de esta entrada acerca de la Saga de Eragon.

En fin, es un horroroso tabique de aproximadamente 900 páginas, y aunque no me animaba a leerlo, vi reseñas que las primeras 700 páginas eran aceptables, incluso buenas, y que al final parecía caer un poco. Me animé y comencé a leerlo. Sí, acepto que los primeros capítulos, aunque exagerados, están bien, a secas.

Pero luego comienza el terror. Parece que este libro no pasó por un editor. Está lleno de ornamentación absurda e innecesaria, fácilmente se podían suprimir 400 páginas a la historia sin perder nada. Así de tedioso es en muchas partes, y así de innecesarias son tantas palabras.

Capítulos absurdos, descripciones exageradamente fuera de lugar y entonces, cuando creí que este iba a ser un libro malo, llegó Roran para convertirlo en un bodrio. Roran, que es un campesino, primo de Eragon, resulta ser no sólo un genio militar a la par de Napoleón Bonaparte, sino superior, un líder, un héroe del pueblo, un ninja-samurai-superman asesino de montones de soldados del imperio, que con un martillo sólo como arma, es más peligroso que el mismísimo Leónidas en la batalla de las Termópilas. Sí, lo aborrezco, si, es exagerado su papel y personaje, más no mi aburrición. Y sí, pareciera que Paolini se proyecta con su vida sedentaria para darse vuelo con Eragon y su primo Roran 'martillazos' (de asco).

Fuera de eso, la historia se convierte en puro WTF tras WTF, capítulos extensos de partos irrelevantes, de historias que se quedan abiertas y no se cierran los cabos, de ñoñez excretándose por todos lados.

Leí entre un 25-35% del libro, y cada página me convencía menos de leerlo. Cometí el error de buscar un resumen del libro, y ver de que iba. Y aunque parece que iba a mejorar unas 100 páginas después, el final se ve burdo y bajo de forma, ridículo sencillamente. Podía ser algo despiadado, poderoso, sádico, una batalla épica a muerte… Y nada de eso. Más burradas. Para patear a Paolini.

En resumen: Eragon es el sueño proyectado de Paolini, Roran apesta, Nasuada ya ni friega, Galbatorix-Halford está loco, Ángela se salva, y hasta Sapphira chafea notablemente. Y los elfos, ¿qué pasa con los elfos? Hagamos de cuenta que no existen.

Eso me pasa por leer un pedazo de este "libro". Hay que ponerle un letrero de peligro o algo así a esta cosa.

martes, 6 de marzo de 2012

Eterna


Al ser la culminación de la trilogía de la oscuridad (título demasiado elevado, creo yo, y que no cumple las expectativas), se espera que se cierren muchos círculos en la serie. En este caso, no hay muchos círculos que permanecen abiertos y se abren pocos en esta entrega. Así que eso no decepciona y deja pocos cabos sueltos.

Aunque no se me ha hecho la mejor literatura, es aceptable, y tiene el toque de Guillermo del Toro, que dicho sea de paso, se me hace un director bastante promedio, tirando a aceptable, a secas, así que la calidad de su obra escrita coincide con la calidad de su obra en cine.

Este libro comienza 2 años después de la "ascensión" del Amo al poder mundial y de haber destruido al resto de los antiguos. El mundo, sigue sumido en un invierno nuclear, después de las múltiples explosiones atómicas y erupciones volcánicas. Central Park es el centro del nuevo imperio vampiro, y Zack, el hijo de Eph es el único huésped del Amo, y su futuro cuerpo anfitrión. Muchos humanos comienzan a trabajar para los vampiros, y muchos otros son metidos en campos de concentración para que se les extraiga sangre y hagan trabajos forzados en sembradíos y con ganado. El resto de la gente, trata de vivir "normalmente".

Hay una resistencia muy tenue, conformada por Eph y compañía. Fet comienza a trabajar traduciendo el Occido Lumen con el señor Quinlan, un medio vampiro con voluntad propia; y comienzan a avanzar en los misterios del origen y destrucción de los Antiguos. Eph comienza a trastabillar con las angustias de salvar a su hijo.

Un libro de paso, para terminar una trilogía, nunca me terminó de convencer de ser una gran historia, y pese a que es refrescante el hecho de que la "humanidad" cae a manos de los vampiros en buena parte de la trama, le falta para enganchar en la historia, y parece que es muy ligera en muchos aspectos, rayando en lo simplón. Lo mejor, es la historia del "nacido" y el nacimiento de los vampiros con Oziriel. Se da mucho énfasis a la "corrupción" de cuerpo, mente y espíritu, y cómo el Amo juega a su favor, corrompiendo a los humanos para sacarles provecho; aunque a veces se exagera el uso del término.  El resto de la historia es bastante común, tirando a aceptable.