La historia es un WTF tras otro, para empezar, Dekalb, el protagonista es un inspector de armas de la ONU radicando en África. El libro es el 1o de una trilogía -zombie nation, zombie planet- y empieza con la crisis avanzada, en Somalia donde una tribu de mujeres musulmanas recluta a la hija de Dekalb y a él le proponen que si quiere volver a ver a su hija debe conseguirle medicinas retrovirales a la mujer símbolo del país, que es seropositiva. Viaja por todo el continente hasta que deciden ir a la sede de la ONU en NY que es donde realmente inicia la historia.
Para empezar, Dekalb va acompañado de un comando de pubertas somalíes vestidas como colegialas, con faldita y toda la cosa. Luego conocen a Gary, un ex-médico que se hace zombie con respiración artificial y no se muere su cerebro, lo cual lo hace un zombie racional. Raro, ¿no?, bueno, aún "mejora"; Gary puede sentir la esencia vital de los seres vivos y no tan vivos y robárselas para absorberla él, ¿eso es raro? bueno, se puede comunicar con los zombies y darles órdenes, hasta que le dan un balazo en la maceta y se da cuenta que se puede regenerar absorbiendo energía de los otros zombies, lo cual lo viene haciendo una especie de zombie highlander-neo inmortal.
¿Empeora?... Lamentablemente sí, su "sensei" es un druida momificado hace más de mil años que esclaviza a las momias de los antiguos faraones egipcios de los museos, como sus asistentes personales, y construye un "castillo" para hacerse con el poder de Manhattan y de exterminar a la raza humana, hasta que Gary lo traiciona.
Hay sobrevivientes en el subway liderados por un loco autoproclamado como el señor presidente y auxiliado por su esposa embarazada que le es infiel con una especie de Rambo neoyorquino ex ranger.
En fin, un libro que es recomendable no leer a menos que se tenga MUCHO tiempoo libre y no haya mejores opciones. De los otros dos de la trilogía, las reseñas son aún menos favorables.