viernes, 20 de enero de 2012

Plataforma

Acepto que este libro de Michel Houellebecq lo comencé a leer por un artículo de wikipedia, donde se le vinculaba como antiislamista, misógino y  ultraderechista. Fuente de montón de debates, aclamado por unos y más que aborrecido, con muchos argumentos válidos, por otros. Toda una joya de persona, que irremediablemente, termina transmitiendo eso en sus obras.

Quise leer algo, para conocer el porqué de la crítica, de 1a mano, y escogí al azar una de sus 2 obras más populares, para leerla.

Sinceramente,  lo único que conocía era el título, nada de la trama y ni siquiera el extraño apellido del autor podía aprenderme. Total, hice algo de esfuerzo (no mucho) para conseguirlo, y empecé su lectura sin saber que esperar.

En 2 o 3 párrafos me dí cuenta que era un escritor muy pintoresco y crudo, muy directo y frontal, y que pasaba de largo muchos temas tabú, para muchos críticos esto lo hace vulgar y casi pornógrafo. Pese a que hay partes un poco... fuertes y eróticas, en general, se lee de volada y personalmente discrepo un poco con lo que pareciera pornografía escrita su obra. El libro está narrado en 1a persona por Michel Renault, un trabajador del instituto de cultura francesa, en su sede de París.

El libro, en sí, se divide en 3 partes. En la 1a parte se aborda, con excepcional crudeza, el turismo sexual, gracias a las vacaciones del protagonista por Asia; si algo me gusta de las novelas, es aprender sobre distintos temas, gracias a la investigación del autor para su libro. Gracias a este, descubrí increíbles zonas para turismo arqueológico y playas increíbles en el sudeste asiático, concretamente de Camboya y Tailandia, patrocinado principalmente por Google, claro.

PERO también descrubrí con asombro y algo de shock, el tremendo comercio sexual que existe, no sólo permitido, sino muchas veces fomentado por las autoridades, y no solamente para hombres, como cabría esperarse habitualmente, sino para mujeres europeas, iluso yo. Las causas que obligan a los hombres y mujeres a comerciar con sus cuerpos en esos lares, las consecuencias, las historias de amor, lo absurdo y triste del tema y las mafias involucradas se destapan como una gran y enorme apestosa coladera, que sirve de "parque de diversiones" para europeos, gringos y algunos australianos. A veces puede más la crudeza de un relato de ficción para tomar conciencia sobre un tema, que ver lo mismo en las noticias como algo lejano.

En fin, hay mucho turismo sexual de por medio, visto fría y crudamente, y con mucha benevolencia por el personaje principal. Incluso pareciera que es una 2a trama dentro de la vida de la historia. Da mucho para tomar información y postura respecto al tema.

La 2a parte trata de un inesperado romance de Michel, circunstancialmente pasando por el mundo swinger francés, un poco mezclado todavía con el turismo sexual. Curiosamente, a esta parte le encontré muchos paralelismos con La Tregua, de Mario Benedetti, incluso llegué a tener la sensación de estar leyendo una realidad alterna de esa historia, un poco más actual y decadente, y no tan melancólica.

Y vienen las partes interesantes sobre lo políticamente correcto, no de decir que simple y llanamente que es una novela de corte casi erótico. Las meditaciones y diálogos de porqué los europeos buscan el turismo sexual, a fin de cuentas se lo tiene que "justificar" a su pareja y el porqué terminan prefiriendo asiáticas sobre sus propias esposas, o africanos, en caso de las mujeres; la decadencia social (francesa), el modo de vida europeo totalmente fuera de sincronía con el resto del mundo, el capitalismo y neoliberalismo (en este caso siempre criticados), las charlas sobre la moda en cultura y artes francesas y ver todo como un negocio o una forma de esclavitud sexual, y un largo etcétera, es lo que saca a este libro del montón, que puede agradar o de plano ser aborrecido y odiado, pero necesario para ver hasta donde han llegado algunas sociedades en su decadencia y falta de capacidad de reinventarse para bien, por los motivos que se quieran.

Ah, eso y un montón de frases pintorescas y folclóricas para el recuerdo, hacen de este libro una lectura para nada indiferente, pero sí muy polémica.

viernes, 13 de enero de 2012

El gran gatsby

Es la 2a novela que leo de F. Scott Fitzgerald, y creo sinceramente que va a ser la última, no he terminado de engancharme con la forma de escribir de Fitzgerald y pese a que en general me gustó el libro, hay algo que termina de no llenarme en su estilo y forma de escribir. Pasando a temas más relevantes,esta historia fue escrita y ambientada en los años 20's del siglo pasado, con una gran descripción de la época del jazz en NY, y ese toque misterioso de la prohibición y de la forma de vida los ricos en Long Island durante el verano, de rentar casas a las orillas de los lagos, dedicarse a hacer sociales y divertirse eltistamente.

El misterioso Gatsby aparece de la nada y comienza a dar fiestas lujosísimas en este ambiente clasista de la alta sociedad neoyorquina, en su enorme casa, con el único objetivo-oculto- de recuperar el amor perdido, de antes de irse a la Primera Guerra Mundial.

Pese a toda su riqueza y poder, hay un cierto sentimiento de soledad y tristeza en su aura, eso si genial por parte de Fitzgerald, de estar rodeado de gente, pero solo, y sin amigos de verdad, salvo el narrador Nick Carraway. Todos comentan historias acerca de su pasado, que es desde un rico advenedizo, hasta un gangster, traficante, un heredero de una fortuna, espía nazi y más cosas divertidas y absurdas.

Gatsby comienza a acercarse a Daisy, y volver a cortejarla, su gran -y al parecer- único amor de la juventud y prima de Nick, pese a que ella está casada desde hace algunos años. La historia comienza a enredarse y se nota una densidad de sentimientos muy bien llevada, que casi se puede palpar y disfrutar de aquí en adelante, es donde realmente comienza la historia de amores y desamores del gran Gatsby.

Aunque no me parece el mejor libro que he leido, creí que me iba a quedar a deber, pese a su popularidad en la cultura gringa, pero tiene una 2a parte bastante sólida y recomendable. Pareciera que varios de los personajes tienen una personalidad burlesque y pintoresca, muy digna de la época.

Ahora queda ver la película protagonizada por Robert Redford y conocer al "viejo" Jay Gatsby cara a cara. Recomendable para pasar el rato.