sábado, 23 de junio de 2012

1Q84 1&2

Cada que pienso en Murakami, pienso en historias difícilmente explicables, pero muy amenas. Con su pequeño toque de realismo mágico, versión asiática posmodernista.

Por lo general, sus lectores sentimos mucha empatía a algunos de sus personajes, o eso creo yo; y me puse a meditar un rato el porqué, y llegué a mi extraña conclusión de que eso sucede porque sus personajes buscan su propia identidad, buscan encontrarse en la vida, estancados en su vida cómoda, pero vacía. Y de eso van sus historias. De poder superarse a alguien (a veces algo) mejor, de encontrarle el sentido a su vida y comenzar a realmente disfrutarla en vez de simplemente vivirla y crecer a cada paso en una de las grandiosas alegorías muy típicas de Murakami.

Hablar de una trama de un libro de Murakami es buscarle 3 pies al gato. Asesinos, prodigios en matemáticas, dos lunas, little people, etc. No tiene sentido a simple vista, pero en esta historia no sobra nada. Son 2 historias, la de Aomame y Tengo, que inician siendo paralelas y mientras avanza la historia, parece que van traslapándose o juntándose cada vez más. Las benditas "casualidades" de Dickens parecen aparecer en cada punto de la historia de manera providencial.

A título personal, creo que la imaginación de Murakami es inmensa, rayando en lo absurdo, y lo demuestra con sus universos paralelos y sus historias dentro de sus historias, a fin de cuentas, otro libro peculiarmente raro de Murakami rayando la excelencia.

Si hay críticas negativas que puedo hacer, es que cada libro termina de una forma un poco insulsa, sin un gancho real que obligue a seguir la historia de forma desesperada, sin embargo, los enigmas abiertos son demasiado grandes para obviarlos y no continuar.

Espero un final digno en 1Q84-vol.3 para este par de grandes libros.

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